TÉCNICAS REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP)

En septiembre de este año, Nuria y Estrella, enfermeras del hospital Fundación Alcorcón nos hicieron una demostración de las técnicas de reanimación y del uso de desfibriladores.

Asistentes a la charla en la sede de ACARMAS

En la charla aprendimos la secuencia de pasos que debemos dar ante una situación de PARO CARDIACO y que se resumen en lo siguiente:

Comprobar que el entorno que rodea a la persona es seguro.

Golpear suavemente a la víctima y dirigirse a ella en voz alta.

Pedir ayuda a personas cercanas y conseguir un DEA (desfibrilador externo automático)

Que una de estas personas llame al 112 (emergencias), en caso de que estemos solos, lo haremos nosotros conectando el altavoz del teléfono.

Si la persona no responde a los estímulos, comprobaremos si respira mirando desde la cabeza hasta el pecho. Si no respira o sólo jadea o boquea, es necesario iniciar RCP.

Si la víctima respira pero no responde, colocarla de costado para permitir que la vía aérea quede libre.

Para iniciar las técnicas de reanimación cardiaca, es necesario colocar a la víctima en una superficie dura e iniciar las compresiones torácicas, colocando la base de una mano en la parte baja del esternón (A) y sobre ella la otra mano (B), haciendo descender el pecho al menos 5 cm. a un ritmo de 120/130 compresiones por minuto. Tras cada compresión, deje que el pecho vuelva a su posición.

ESTAS COMPRESIONES SIRVEN PARA MANDAR SANGRE AL CEREBRO Y AL CORAZÓN.

Si hemos conseguido un DEA y no han llegado los servicios de emergencias, conéctelo con el botón de encendido y escuche las instrucciones que el aparato nos irá dando.

Para colocar los parches, quite el papel protector y aplíquelos sobre el pecho desnudo de la víctima, de la forma que indican los dibujos que vienen en ellos.

Deje que el DEA, verifique el ritmo cardiaco, si no lo encuentra, le pedirá que se aleje de la víctima, NO LO TOQUE y que oprima el botón de DESCARGA.

Terminada las descarga, continúe con la técnica de RCP y repita los pasos anteriores hasta la llegada de los servicios de emergencias, salvo que la persona vuelva a respirar por si misma.

Se ha comprobado que son más efectivas las compresiones en el pecho que las ventilaciones, por ello se aconseja desestimarlas y hacer técnicas RCP sólo con la manos.

Posteriormente, en el mes de octubre y noviembre, tuvimos la posibilidad de asistir a dos cursos de RCP impartidos por los doctores Alberto Núñez y Fernando Martín en las aulas de IDEhA, del Hospital de Alcorcón. Estos cursos forman parte de las enseñanzas de la American Heart Asociation para familiares y amigos.

El objetivo es salvar vidas, que la población esté preparada para afrontar una situación de paro cardiaco en una persona que nos encontremos en un lugar público o incluso en nuestro entorno familiar.

Lo primero que nos enseñaron fue la diferencia entre un PARO CARDÍACO, provocado por un fallo eléctrico del corazón y un ATAQUE AL CORAZÓN, provocado por la obstrucción de las arterias coronarias. En el primer caso, es necesario aplicar un desfibrilador, para que el corazón se resetee y comience a latir de nuevo. En el caso de un ataque al corazón, lo más probable es que el corazón no deje de latir, pero la zona que queda sin riego sanguíneo, se necrosa si no se recibe ayuda sanitaria inmediata.

Practicamos las técnicas de reanimación sobre los muñecos que tienen para ello y pudimos comprobar el esfuerzo físico que supone y la importancia de que alguien se turne en las compresiones si estas se alargan en el tiempo.

Además de las técnicas de RCP en adultos, también aprendimos a hacerlas en niños menores de 8 años.

También nos enseñaron técnicas para ayudar a los adultos con obstrucción de las vías aéreas por atragantamiento, mediante la maniobra de Heimlich, que consiste en la comprensión del abdomen por encima del ombligo hasta que el objeto que obstruye la vía aérea salga expulsado.

En niños con estos síntomas, se resuelve colocando al bebé boca abajo apoyado en nuestro brazo y sujetando con la mano la mandíbula y la cabeza. En esta posición golpear con la mano abierta entre los omóplatos cinco veces, hasta que se expulse el objeto, si no se logra, realizar compresiones con los dedos en el esternón y alternar ambas posiciones hasta que el bebé llore o respire con normalidad.